martes, 19 de abril de 2016

Conoce a... Hellen Keller

Buenas chicos y chicas, soy Elena Rioja, estudiante de 1º de integración social y os quiero presentar a HELLEN KELLER, me llamó mucho la atención su labor y quería compartirla con todos vosotros.


Hellen Keller con tan sólo 19 meses se quedó sorda y ciega. Más allá de abocar su vida al fracaso, este hecho marcó el comienzo de una vida de superación. Gracias a la institutriz Anne Sullivan aprendió a comunicarse, y gracias a ello pudo optar a una educación digna, incluso llegándose a graduarse con honores en Arte en la universidad de Radcliffe, siendo la primera persona ciega y sorda en obtener un título universitario.

Helen Keller nació con la capacidad de ver y oír, hasta que a los 19 meses tras una enfermedad, se quedó ciega y sorda. Su incapacidad para comunicarse desde temprana edad fue muy traumática para Helen y su familia, por lo que estuvo prácticamente incontrolable durante un tiempo. Cuando cumplió siete años, sus padres decidieron buscar una instructora y fue así como el Instituto Perkins para Ciegos les envió a una joven especialista, Anne Sullivan, que se encargó de su formación y logró un avance en la educación especial. Continuó viviendo al lado de Sullivan hasta la muerte de esta en 1936. 

Keller se convirtió en una oradora y autora de fama mundial, y fue considerada a la vez una ferviente defensora de las personas con discapacidad. A lo largo de toda su vida, redactó una multiplicidad de artículos y más de una docena de libros sobre sus experiencias y modos de entender la vida, entre ellos La historia de mi vida (1903) y Luz en mi oscuridad (1927).

Después de ser nombrada embajadora en Relaciones Internacionales, comenzó a realizar giras a lo largo del mundo, financiadas por el Departamento y la Fundación Americana para Ciegos. Tres años después de los bombardeos atómicos, efectuó una visita a Hiroshima y Nagasaki como parte de su programa de oposición a la guerra y se mostró encantada con la cálida bienvenida que recibió por parte de dos millones de personas en estas ciudades. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, visitó a soldados que habían perdido la vista o el oído durante el combate con el fin de ofrecerles contención y ánimo. En 1954, participó en el rodaje del documental Helen Keller in Her Story, dirigida por Nancy Hamilton y narrada por Katharine Cornell, que obtuvo el premio Óscar al mejor documental largo.

En 1961, Keller sufrió una serie de derrames cerebrales que la obligaron a utilizar una silla de ruedas y reducir sus actividades sociales y apariciones públicas. Debido a eso, en 1964 no pudo concurrir a la ceremonia donde recibió la Medalla Presidencial de la Libertad, uno de los reconocimientos civiles más prestigiosos de Estados Unidos. En 1965, fue incluida en el National Women's Hall of Fame.


Keller falleció a los 87 años mientras dormía, el 1 de junio de 1968, en su residencia «Arcan Ridge», días después de sufrir un ataque cardíaco. Después de llevarse a cabo el funeral, sus cenizas fueron colocadas en la Catedral Nacional de Washington junto a las de Sullivan. Poco antes de morir, Keller había exclamado: «En estos oscuros y silenciosos años, Dios ha estado utilizando mi vida para un propósito que no conozco, pero un día lo entenderé y entonces estaré satisfecha»

Desde mi punto de vista Hellen es un gran ejemplo a seguir, ya que vivió con la enfermedad durante toda su vida pero a pesar de ello, salió adelante y continúo con su vida. Con esto consiguió sacarse su curso universitario, y posteriormente escribir libros. Hellen fue una mujer luchadora. Luchó por ella misma, y por las personas con discapacidad. Ayudó psicológicamente a los soldados que en la guerra perdieron la vista o el oído, dándoles ánimo.