martes, 22 de diciembre de 2015

Conoce a... Irena Sendler

¡Hola a todos! Soy Ester, alumna de segundo curso de Integración Social. Hoy os presento en esta sección a Irena Sendler, una de las muchas mujeres que han aportado su granito de arena de forma altruista con el fin de ayudar a personas desfavorecidas, especialmente en sociedades y épocas en las que no se tenía respeto por los Derechos Humanos. Aunque su labor fue reconocida casi al final de su vida, Irena dio todo lo que tenía en su mano por hacer de este mundo algo mejor, sin importar que esto le fuese reconocido.

Irena Sendler, el ángel de Varsovia.


En 1999, un grupo de estudiantes de Kansas que estudiaba el Holocausto judío se topó con una mujer polaca: Irena Sendler, que había salvado ni más ni menos que a dos mil quinientos niños del gueto de Varsovia durante la ocupación nazi. Salía a la luz, más de medio siglo después, la imagen de una anciana a la que muchos de aquellos niños, ahora adultos, reconocieron en los medios de comunicación. Al margen de ideales políticos y religiosos, Irena se jugó de la vida para salvar a seres inocentes de una muerte segura.

Irena nació el quince de febrero de 1910 en Otwock, Varsovia, en una familia católica. Irena creció en la solidaridad, el amor y respeto a los demás, valores que aprendió de su padre, Stanisław Krzyżanowski, un médico que falleció cuando ella sólo tenía siete años al contagiarse de tifus.
Irena decidió dedicar su vida a los demás y se hizo enfermera. En 1939, cuando Alemania invadía Polonía; Irena, que trabajaba en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia, trabajaba duro en los comedores comunitarios de la ciudad.

Tres años después, la situación se volvió complicada con la creación del gueto de Varsovia. A pesar de que Irena se había educado en la fe católica, tuvo siempre simpatía por los judíos a los que no dudó en ayudar, a pesar del peligro que aquello podía conllevar para su vida.

Irena se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos (Zegota), como miembro del cuerpo sanitario para encargarse de enfermedades contagiosas. Ante la epidemia de tifus, los nazis fueron permisivos con las personas que entraban en el gueto para intentar frenar la enfermedad.

Irena pronto se dio cuenta de que aquel espacio controlado sólo podía ofrecer un futuro oscuro para sus habitantes. Decidió sacar del gueto a los más pequeños. Era una decisión terrible para las madres que debían desprenderse de sus hijos, pero era la única manera de salvar sus vidas. Muchos de sus padres fallecerían en los campos de concentración a los que fueron trasladados.

La manera más sencilla de sacar a los niños del gueto era en ambulancias que trasladaban a los más graves a los hospitales de fuera. Pronto tuvo que buscar otros métodos: desde colocarlos dentro de bolsas de basura hasta en ataúdes.

De los niños que pudo salvar, Elzbieta Ficowska fue de los casos más conocidos. En 1942, era un bebé de escasos meses cuando se le administró un narcótico y la colocaron en una caja con agujeros escondida en un cargamento de ladrillos. Sus padres murieron en el gueto y la pequeña fue criada por una conocida de Irena. Irena siempre quiso que los niños no perdieran sus orígenes y su identidad, por lo que llevó un registro que enterró en el jardín de una vecina.

El veinte de octubre de 1943 Irena fue detenida por la Gestapo. En la prisión de Pawiak fue sometida a terribles torturas con las que los nazis no consiguieron sonsacarle el paradero de los niños. Condenada a muerte, Irena pudo escapar de la prisión gracias a un soldado que fue ejecutado. Hasta el fin de la guerra, continuó con su labor bajo un nombre falso. Una vez terminada la guerra, Irena desenterró las listas y las entregó al Comité de salvamento de los judíos supervivientes.

Irena Sendler se casó y tuvo tres hijos. Tuvo problemas con el régimen socialista que se instauró en Polonia. Tras décadas de vida anónima, cuando su fotografía fue publicada en los periódicos fueron muchos los hombres y mujeres que reconocieron a la enfermera que salvó sus vidas.

La Orden del Águila Blanca de Polonia, título de Justa entre las Naciones de organización Yad Vashem de Jerusalén o su candidatura al Premio Nobel de la Paz fueron algunos de los reconocimientos a una mujer que nunca pensó que su labor humanitaria, descubierta muchos años después, levantara tanto revuelo. Irena Sendler falleció en Varsovia, el 12 de mayo de 2008. Tenía 98 años.

En mi opinión, fue muy necesaria la labor de este tipo de personas tanto en el régimen nazi como en otro tipo de regímenes autoritarios o guerras en las que se oprimen a determinados sectores de población, pues gracias a ellas muchas personas sobrevivieron a los exterminios indiscriminados que se producían por razones de religión, etnia, condición social, o cualquier otro elemento personal que hiciese diferentes a las personas de las normas o costumbres que fundamentaban el régimen en el que vivían.

Personas como Irena son un claro ejemplo de humanidad y respeto por la vida humana, y hacen recordarnos que vivimos para ayudarnos unos a otros, especialmente en casos de extrema necesidad y supervivencia.

Ester Díaz-Mingo Camuñas.
2º Integración Social.