miércoles, 29 de abril de 2015

¡Si quieres, puedes!


Todo empezó cuando crucé aquel estrecho de Gibraltar que separa mi África de España. Si, España, que sabía yo como era España y que había en ella. Todo por ir en busca de un mundo mejor, yo era una niña de 8 años que llegó a España, de ahí me tocó vestir mi mente en todo momento, estaba donde estaba porque aquello era una continuidad de cambios sin parar.

Está claro que ir a la escuela era lo primero que mi querido padre quería, pero nada era fácil para mí. El llegar a la escuela y ver a compañeros de clase y a profesores diferentes a mí, de diferente cultura me echaba para atrás. En ese momento solo pensaba en volver a casa, estar con mis padres y mis hermanos.

Los primeros días en la escuela eran eternos, me sentía como una extraña en aquella clase de segundo de primaria, mis compañeros me miraban raro, me decían cosas pero yo no entendía nada de nada, no sabía si se reían conmigo o se reían de mí, pensé que todo podría ser. Había de todo, unos eran buenos y otros malos y yo era la típica inocente que llegaba a clase sin saber lo que me esperaba.

Al igual en esta vida que nos encontramos con cosas malas, yo me quedo con lo bueno de aquellos momentos cuando yo misma decidí vestir mi mente, arrancar las ganas de aprender, de conocer una cultura diferente a la mía, de relacionarme con mis compañeros, de jugar con ellos ya que jugando me relacionaba mucho con ellos y esforzarme al máximo por seguir adelante esté donde esté. Mi apoyo más grande fueron tanto mis padres como profesores, todo por educar y ayudar. Conforme pasaban los días, la cosa iba mejorando, me esforzaba tanto en ir a clase, en hacer los deberes como en aprender más y más y de ahí, mil regalos y recompensas que recibía de mis padres. Al volver a casa de clase, se reflejaba en mí una sonrisa de oreja a oreja y no aquella tristeza de los primeros días tan duros. Todo era por cambiar, adaptarme y sobre todo aprender, todo cuesta pero nada es imposible en esta vida.

Y hoy en día visto mi mente sintiéndome tan orgullosa de haber seguido esforzándome al máximo, seguir estudiando  y siempre con las ganas de aprender, por eso doy las gracias por ser como soy a los que me han hecho ser así.


                                                                                                          Siham

                                                                       1º Animación Sociocultural y Turística