miércoles, 4 de noviembre de 2015

Conoce a... Rigoberta Menchú.

¡Buenos días a todos y todas!

Mi nombre es Marta Alonso, alumna de 2º de Integración Social. Hoy tengo el placer de inaugurar esta nueva sección del blog en la que destacaremos la vida de mujeres célebres para reconocer los logros que han llevado o están llevando a cabo y que, en muchas ocasiones, no han sido reconocidos debido al contexto histórico y cultural en el que se desarrollan sus aportaciones.  
Me gustaría comenzar presentando a una mujer que ha sido destacada por su liderazgo al frente de las luchas sociales a nivel internacional, Rigoberta Menchú.

A pesar de no ser muy conocida, Rigoberta, además de defensora de los derechos humanos, es embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO, ganadora del Premio Nobel de la Paz (1992) y Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.
Su padre fue un campesino indígena activista en la defensa de las tierras y los derechos de su pueblo, su madre era una indígena partera y varios hermanos y amigos suyos  fallecieron por trabajar en pésimas condiciones, por lo que Rigoberta desde muy pequeña conoció las injusticias, la discriminación y la explotación a la que son sometidos los indígenas de Guatemala que viven en la pobreza extrema.

Durante la Guerra Civil de Guatemala muchos indígenas, incluyendo los propios padres de Rigoberta, fueron torturados y asesinados y ella, en lugar de unirse a la guerrilla como la gran mayoría de la población, decidió iniciar una campaña pacífica de denuncia a la sistemática violación de derechos que sufría esta población, añadiendo la dimensión de denunciar la situación de la mujer indígena en Latinoamérica. 

Y no solo eso, Rigoberta Menchú se involucró en 2003 con las industrias farmacéuticas para promover los medicamentos genéricos a bajo precio y durante muchos años aseguró este derecho en Guatemala, que a día de hoy alberga todavía un elevado porcentaje de población que vive por debajo del umbral de la pobreza. Esto dejó de ser posible cuando el dueño de una de las farmacéuticas más conocidas eliminó la participación de Rigoberta en este sector por imposibilitar su enriquecimiento económico.

En la actualidad Rigoberta tiene 56 años y sigue desarrollando programas de educación, derechos humanos, participación ciudadana e iniciativas de autodesarrollo.

Rigoberta es un ejemplo a seguir para todos nosotros por su lucha contra las injusticias sociales como la discriminación de este sector de la población y la doble discriminación que sufren las indígenas por sus condiciones de pobreza y por ser mujeres, por eso mismo creo que merece ser mencionada en esta primera entrada y conseguir así que todos conozcamos un poco más sobre su vida y sus aportaciones.

Marta Alonso, 2º de Integración Social.