Todo empezó cuando crucé
aquel estrecho de Gibraltar que separa mi África de España. Si, España, que sabía
yo como era España y que había en ella. Todo por ir en busca de un mundo mejor,
yo era una niña de 8 años que llegó a España, de ahí me tocó vestir mi mente en
todo momento, estaba donde estaba porque aquello era una continuidad de cambios
sin parar.
Está claro que ir a la
escuela era lo primero que mi querido padre quería, pero nada era fácil para mí.
El llegar a la escuela y ver a compañeros de clase y a profesores diferentes a mí,
de diferente cultura me echaba para atrás. En ese momento solo pensaba en
volver a casa, estar con mis padres y mis hermanos.
Los primeros días en la
escuela eran eternos, me sentía como una extraña en aquella clase de segundo de
primaria, mis compañeros me miraban raro, me decían cosas pero yo no entendía
nada de nada, no sabía si se reían conmigo o se reían de mí, pensé que todo
podría ser. Había de todo, unos eran buenos y otros malos y yo era la típica
inocente que llegaba a clase sin saber lo que me esperaba.
Al igual en esta vida que
nos encontramos con cosas malas, yo me quedo con lo bueno de aquellos momentos
cuando yo misma decidí vestir mi mente, arrancar las ganas de aprender, de
conocer una cultura diferente a la mía, de relacionarme con mis compañeros, de
jugar con ellos ya que jugando me relacionaba mucho con ellos y esforzarme al
máximo por seguir adelante esté donde esté. Mi apoyo más grande fueron tanto mis padres como profesores, todo por
educar y ayudar. Conforme pasaban los días, la cosa iba mejorando, me
esforzaba tanto en ir a clase, en hacer los deberes como en aprender más y más
y de ahí, mil regalos y recompensas que recibía de mis padres. Al volver a casa
de clase, se reflejaba en mí una sonrisa de oreja a oreja y no aquella tristeza
de los primeros días tan duros. Todo era
por cambiar, adaptarme y sobre todo aprender, todo cuesta pero nada es
imposible en esta vida.
Y hoy en día visto mi mente
sintiéndome tan orgullosa de haber seguido esforzándome al máximo, seguir
estudiando y siempre con las ganas de
aprender, por eso doy las gracias por ser como soy a los que me han hecho ser así.
Siham
1º
Animación Sociocultural y Turística