jueves, 28 de mayo de 2015

¿Qué se siente al ser el único de tus amigos en repetir?


A nadie le gusta tener que repetir un curso, piensas que llevas todo un año trabajando y que el año que viene será distinto, un nivel superior, un paso más cerca de acabar el instituto, entrar en la Universidad, un Ciclo Superior o simplemente querer ganar dinero y dejar los estudios para empezar a buscar trabajo. A nadie le gusta el tener que repetir todo de nuevo. Otro año más en el mismo lugar, con los mismos profesores, las mismas clases, pero sobretodo, gente distinta, gente que es un año menor y que de seguro, los conoces de vista, o a lo sumo algunos que son vecinos de por el sitio donde vives.

A mi me ocurrió algo así, hace ya un tiempo. Me encuentro en estos momentos en 2º de Bachiller de ciencias, y esto que escribo me ocurrió en 3º de la E.S.O. Fue un curso para mi algo enturbioso, por lo que me costó asimilar los conocimientos de las asignaturas que me impartían. Ese año las clases me sobrepasaron y todo hay que decirlo, un poco de deje personal hacia el estudio, me pasaron factura en Junio y Septiembre. No logré recuperar las suficientes para pasar y en cosa de 1 semana vi como pasaba de ser un posible alumno de 4º de la E.S.O a un alumno de segundo año de 3º de la E.S.O.

Hoy día lo recuerdo como una etapa que me sirvió para crecer como estudiante y madurar como persona. En un primer momento fuera de toda bronca que pudieran echarme mis padres, sentí impotencia, pues daba la casualidad que todos mis amigos del pueblo, pasaron a 4º, y yo era el único que se quedaba con los chicos menores un año que yo. Yo ya sabía que no iba a ser lo mismo, pero no me imaginaba cuanto. En primer lugar el contacto con ellos desde las 8:00 hasta las 14:30 que salíamos con ellos se reducía a un rato casi por la mañana antes de entrar y un poco en el recreo.
Poco a poco mi relación con ellos se tornaba un poco más fría, era cierto que fuera de clase nos seguíamos viendo, pero ya menos que antes. Los trabajos de clase hacían que ellos quedaran para echar un rato mientras yo pues me dedicaba a seguir con las tareas de ese mismo año, y en ocasiones salían o se juntaban sin comentármelo, iban al cine o a jugar a la consola a casa de alguno, y aunque después me lo decían, e incluso alguna que otra vez me pedían perdón, ponían la excusa de que no sabían realmente si yo podía ir y que como no estábamos en clase pues aprovechaban los días de trabajo en grupo.

Ciertamente en parte me entristecía mucho que eso sucediera e incluso llegué a tener pensamientos del tipo “ojalá repitan y tengan que estar otro año en 4º” producto un poco del enfado que me producía la situación. De todas formas en parte lo entendía pues era lo que había y no podía poner más remedio.

Hoy en día veo ese año como un tachón en mi carrera académica, aunque tampoco fue un año catastrófico, pues tuvo sus partes buenas, y conocí más a la gente que venían de cursos anteriores, formando también amistades con ellos, aunque siempre me quedara la espinita de no haber podido pasar con mi grupo de amigos original.

Sin embargo, creo que el repetir, lejos de ser una experiencia que deba desmoralizar a una persona, es una ocasión de volver a andar lo andado y dar un poco de rienda suelta a las inquietudes de uno. Superar las marcas que uno hizo el año anterior y entrar en el curso siguiente más si cabe con fuerza. Es una experiencia que hace madurar a la persona, pero si, no negaré que más de una vez desee que mis amigos repitieran por tal de poder estar con ellos, o que yo mismo me hubiera puesto las pilas con tal de haber podido estar el último curso.