miércoles, 20 de septiembre de 2017

¡¡BIENVENID@S AL CURSO 2017-2018!!

¡Bienvenid@s a un nuevo curso escolar! Esperamos que este curso volvamos a realizar actividades tan interesantes como las del curso pasado. Os dejamos una muestra de una de las actividades realizadas en el Centro de Educación Especial "Ciudad de Toledo". Nos la cuentan Mireya y Sara, alumnas del ciclo formativo de grado superior en Integración Social.

¡Hola, queridos lectores!
Tras finalizar los exámenes y el estrés provocado por los últimos días de curso, vamos a recopilar aquí la grata experiencia que vivimos los alumnos de 1º de Integración Social y de Animación Sociocultural y Turística del IES “El Greco”.

Todo comenzó cuando nos explicaron en clase que cada martes y jueves, visitaríamos el Centro Público de Educación Especial “Ciudad de Toledo” para amenizar durante el tiempo de recreo a los usuarios de dicho centro. En él, se realizan diferentes actividades para conseguir objetivos referentes a hábitos saludables a nivel social, psicomotor y comunicativo.

“Ciudad de Toledo” escolariza alumnos con edades comprendidas entre los cuatro y los 21 años. Éstos presentan discapacidad intelectual y, muchos de ellos, plurideficiencias. Dicho esto, añadir que lamentablemente no pudimos disfrutar de la compañía de todos los alumnos, dado a que algunos de ellos, debido a sus características, no podían realizar las actividades planteadas por nuestros compañeros.

A partir de aquí, nos dieron la oportunidad de elegir a qué
grupo preferíamos realizarles las actividades, siendo éstos personas con diferentes niveles de
autonomía. Por ello, éstas debían estar adaptadas para cada grupo. Al principio, no sabíamos en qué condiciones debíamos realizar las actividades, cuáles iban a servirnos, en cuáles de ellas los usuarios estarían más participativos, disfrutarían más,…

Pero más tarde, nos decidimos por unas cinco, siendo éste número una cantidad suficiente para que cada componente de nuestro grupo pudiera explicar y realizar cada actividad, mientras los demás ayudaban a los usuarios en cualquier problemática que pudieran tener. (No siendo el caso).

En concreto, en nuestro grupo de 1º de Integración Social estábamos dubitativos sobre lo que pasaría, debido a que no sabíamos cómo iban a reaccionar los alumnos ni nosotros, ya que no habíamos tenido una oportunidad tan grande como la que se nos estaba ofreciendo.

Llegamos al Colegio, y esperamos al resto de compañeros y a las profesoras que nos acompañaban. Nada más entrar, nos recibieron con una grata bienvenida, sintiéndonos desde el primer momento como en casa. Nos dirigimos al patio, donde los alumnos se despejaban y disfrutaban su tiempo libre.

Nos dimos cuenta que a pesar de que la sociedad los considere “diferentes”, nosotros, tras lo estudiado, vimos que ellos disfrutaban a su modo, corriendo de un lado para otro, jugando a la pelota, al pilla pilla,… y aclaramos que el término diferente es muy amplio, sin tener por ello que acompañarlo de prejuicios.

Mientras filosofábamos sobre este concepto, apareció nuestro grupo, personas con un bajo nivel de autonomía, aunque la experiencia nos hizo darnos cuenta de que nada de eso; por lo menos así lo percibíamos nosotros: únicamente necesitaban nuestro apoyo para mantenerse concentrados en su papel.

En la realización de nuestras actividades, todos nos involucramos al máximo, sintiendo pasión por lo que estábamos realizando, volvimos a nuestra niñez, y a apartar materialismos, problemas, complejos y muchísimos términos que hoy día la sociedad considera prioritarios.

Por un periodo de tiempo, únicamente sentimos felicidad, con tan solo dar palmas, hacer gestos o trasladar una pelota de un punto a otro. ¡Es asombroso el cambio de mentalidad que te hacen realizar en tan poco tiempo! Decir y resaltar que es el cambio que ellos merecen, y que nosotros debemos, o estamos obligados mejor dicho, a realizar. Ante todo, son personas, como nosotros, es algo obvio, ¿verdad?, pues dirijámonos a la práctica.

Llegado el momento de realizarlas, los alumnos del centro se mostraron curiosos e impacientes de comenzar el juego, así como también una buena predisposición a realizarlas, exceptuando algunos casos en los que se negaban a participar en un principio, pero viendo más tarde la diversión de sus compañeros, decidieron "probar" con aquella novedad. Antes de la realización de éstas, se les explicó  cómo se llamaba el juego, qué había que hacer y qué tenía que realizar cada uno de ellos, no haciendo falta repetir más de una vez la explicación ante el rápido entendimiento de los alumnos.
Durante el juego, observábamos una gran alegría en sus ojos, unas ganas inmensas de continuar jugando o de que llegase su turno en algunos de ellos.
El apoyo proporcionado por nuestra parte hacia los alumnos, tenía como finalidad principal que no se distrajeran durante el juego y se centraran en su papel en aquel momento, ya que querían abarcar todo ellos solos.
Finalizando todas las actividades planificadas en 40 minutos, que fueron considerados segundos, llegó la hora de despedirse, la parte triste de aquella mañana tan divertida.
Los alumnos con los que realizamos los juegos, nos dieron las gracias una y otra vez por el momento ofrecido, incluso más de uno nos dieron un abrazo junto con un "tenéis que volver". Unos se fueron para clase con prisas debido a la timidez, pero otros se quedaron con aquellas sonrisas que iluminaban mientras se despedían de todos nosotros y pedían a sus profesoras repetir lo que acababa de suceder.

En cuanto a nuestra parte, pese a sentirnos en un principio inseguros de poder hacerlo bien y con nervios, conseguimos sentirnos como en casa por aquel recibimiento, saliendo del centro con una sonrisa de par en par, y unas emociones y sentimientos resaltados de alegría, amor, cariño y paz entre muchos otros. Desde nuestro punto de vista, el sentimiento que más primó fue el de tristeza al marcharnos, ya que hubiéramos querido pasar allí horas y horas. Nos consta que fue muy divertido para ellos y muy satisfactorio para nosotros.

La práctica no fue comparable a lo estudiado en los libros, aunque bien es cierto que dicha actividad nos hizo ejecutar lo visto en clase en lo referido a nuestro trabajo, si diéramos nuestros servicios en un centro como el mencionado anteriormente; cómo reaccionar ante determinadas situaciones, la resolución de problemas, el trato a ofrecer,…

En la teoría no podemos observar nada sobre todo lo que nos pueden ofrecer a nivel personal. Son personas que nos demostraron muchísimo en muy pocos minutos. Los sentimientos antes nombrados no definen en una palabra todo lo que nosotros sentimos con los hechos. Prima entre ellos el agradecimiento, la superación, la alegría que derrochan con cada sonrisa,… como decimos, hay que vivir esos momentos para saber qué tan grande pueda ser la satisfacción que sintamos por compartir un instante con ellos.
Añadir que, por supuesto, es una experiencia que nos hará descubrir la maravillosa esencia que se esconde detrás de ellos, dejando a un lado de una vez por todas los muchísimos prejuicios a los que están sometidos, sin argumento, hemos de añadir.

Queríamos agradecer al centro por acogernos cada martes y jueves por la mañana; a los alumnos, por ser como son con esa alegría que contagian a cualquiera; y pedir a nuestros profesores, por favor, que el próximo año volvamos, esta vez con nuevos juegos, más fuerza, más seguridad y más ganas de compartir nuestro tiempo y experiencia con cada uno de ellos.